Uno de los videos que filmè con mi celular. El àrbol de la derecha es un Suribio. Y las Uranias revolotean felices, en su «restaurante» de flores perfumadas de nèctar.
(En mi canal Jose M Yepes en Youtube puedes ver màs videos que grabè)
Tuve el inmenso privilegio de hallar casualmente esta migración fascinante de las Uranias Fulgens…a ochenta pasos de mi casa en Medellin. De inmediato entré en «éxtasis». Las filmé y las fotografié y quise que esto fuera «noticia de primera plana» en los medios de comunicación. Mi arrobamiento duró varios días. Poco a poco descubrí que había unos 15 árboles en mi barrio. Y que estos árboles estaban plenamete florecidos, y de una belleza impresionante, y todos estaban con Uranias.
Busqué en la Web pero este hecho no se había reportado, ni había información de fàcil acceoso sobre estos árboles. Unos días después supe que se trataba del árbol Suribio. Y pude imaginar a miles y miles, o millones de Uranias cruzando Colombia para alimentarse de estos árboles en su migración hacia el Ecuador. Personalmente vi centenares y centenares de estas «Angelitas negras».
La maravilla que sentía no tenía límites. Las había visto pasar varias veces en años pasados en sus vuelos a una altura de unos 30 metros, siempre en la misma dirección. Incluso en un cuaderno anotè la fecha de la ùltima vez que las vi volar en mi barrio, Laureles: 20 de febrero de 2006. Y había visto 4 ejemplares disecados en la Universiad Nacional de Medellín hace unos pocos años. También en mi blog sobre las mariposasMonarcas http://www.milagroalado.blogspot.com yo había escrito un poco sobre estas hermosas Uranias Fulgens.
Pero no cabìa en mi asombro que visitaran mi barrio, y la zona de Unicentro, y la avenida el Poblado, y Bello, y muchos otros lugares de Antioquia y de Colombia, para libar de los Suribios. «Podrìa escribir un libro entero sobre esta maravillosa experiencia» pensaba esos dìas, a finales de agosto y comienzos de septiembre (2016).
He sido tambièn un admirador de la Mariposas Monarcas. Y todo lo relacionado con esas hermosuras me encanta. Asì que podràn entender el estado de fascinaciòn que me acompañò en esos dìas.
Salìa y las veìa cruzar mi cuadra en su vuelo directo hacia las flores. Otras veces las veìa volar a muy baja altura, como embriagadas por tanto nèctar. Esto era una fiesta inimaginable para mi. Veìa esos tonos verdes, refulgentes. «Saetas Negras» las llamaba tambièn.